01 mayo 2012

Confluencia entre las TIC y el sistema educativo: Corea del Sur


Florence Lowe-Lee y Ahn Alan
El sistema educativo de la República de Corea ha sido elogiado en todo el mundo como modelo de emulación.
Tal vez el ejemplo más sobresaliente de esta alabanza ha llegado en la boca del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que se ha mostrado efusivamente su admiración por la educación coreana. El presidente Obama ha dicho como es público y notorio: “Nuestros niños pasan más de un mes menos en la escuela  que los niños de Corea del Sur No es forma de prepararse para una economía propia del siglo XXI” (http://www.rjkoehler.com/2009/03/12/obama-praises-korean--education-system/). Aunque el sistema educativo en Corea ha sido objeto de crítica pública recientemente por su excesiva centralización y su hipercompetitividad, no se puede negar que los estudiantes de Corea del Sur (en adelante, Corea) se encuentran entre los primeros puestos del mundo en términos de resultados de exámenes, índices de titulación y otros. El enérgico acento en la educación en Corea, en combinación con un fuerte apoyo del Gobierno, ha transformado la en su día sociedad pobre y analfabeta en una de las potencias educativas del mundo.
Se da, por otra parte, la circunstancia de que Corea, posee también uno de los índices más elevados en el uso de la TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) en el mundo. Según la Unión Internacional de Comunicaciones (UIT), más del 80 % de la población de Corea está conectada a Internet, (http://www.internetworldstats.com/asia/kr.htm) con un número aun mayor de habitantes con acceso a los ordenadores, teléfonos móviles y otros medios de acceso a la información digital. La cultura de las TIC ha permeado todos los ámbitos, de la vida de Corea y, en consecuencia, ha propiciado la aparición de una sociedad cada vez más competente en el uso de las tecnologías asociadas. Por ejemplo, la Organización para la cooperación y el desarrollo económico (OCDE) publicó recientemente los resultados de un sondeo según los cuales los adolescentes de Corea obtuvieron los primeros lugares en unas pruebas de alfabetización digital en comparación con sus homólogos de la OCDE. Según el sondeo los estudiantes de Corea quedaron mejor en los exámenes de lectura digital que en los ejercicios de lectura impresa. (http://www.oecd.org/document/42/0,3746,en_21571361_44315115_48267882_1_1_1_1,00.html).
Investigaciones como el citado informe de la OCDE han atraído crecientemente la atención en la intersección entre la TIC y el sistema educativo en Corea. Algunos analistas han razonado que la altamente evolucionada infraestructura de las TIC en Corea ha sido uno de los factores principales que han posibilitado sus logros educativos.
El Gobierno ha impulsado indudablemente el uso de las TIC en la educación y ha invertido generosamente en la ampliación en la ampliación del acceso a las TIC en las escuelas y otros centros de formativos. Estas decisiones políticas por parte del Gobierno han atraído la atención mundial y otros países observan a Corea como ejemplo que imitar en la educación basada en las TIC.
Sería muy sencillo sostener que la avanzada infraestructura de Corea en el sector de las TIC y el énfasis en su desarrollo y evolución ha constituido una bendición para su sistema educativo. Sin embargo, con referencia a una imagen de la relación entre las TIC y la educación en Corea sería algo demasiado simplista e inadecuado. El vínculo entre las TIC y la educación de Corea no es una calle de sentido único. Sería mucho más preciso, en cambio, describirlo en términos de la relación en que se refuerzan mutuamente y alcanzan un nivel de sinergia; es decir, si bien las TIC son sin duda un factor importante en los logros educativos de Corea, las demandas y presiones de sus sistema educativo representan un impulso al desarrollo de las TIC y a un sistema educativo basado en las mismas. Este tipo de relación ha propulsado a Corea a su posición actual como líder mundial en ambos campos, lo que ha despertado la toma de conciencia e interés en el país en su conjunto.
1 La historia de las TIC en la educación de Corea
Antes de discutir la relación entre las TIC y la educación en Corea, es importante definir las TIC, sigla de las tecnologías de la información y la comunicación. De acuerdo con un estudio sobre las TIC en la educación patrocinado por la UNESCO, estas se definen como “un variado conjunto de instrumentos tecnológicos y de recursos utilizados para comunicarse y crear, difundir, almacenar y administrar la información. (http://www.unesco.org/education/educprog/lwf/dl/edict.pdf).
Dicho tal vez con mayor sencillez, las TIC incluyen los ordenadores, teléfonos, internet, tecnologías de la radiodifusión como la radio y la televisión y así sucesivamente.
Parecería cosa natural que el desarrollo y evolución de las TIC ejercieran un impacto en todos los ámbitos de la vida de Corea del Sur, ya que es uno de los países más conectados digitalmente en el mundo. La República de Corea ha invertido notablemente en la construcción de su infraestructura TIC y la gran mayoría del público coreano puede acceder a Internet en casi todas las partes del país en casi cualquier momento. Actualmente, Corea cuenta con la mayor velocidad de conexión en internet aproximadamente cuatro veces más rápida que las velocidades de banda ancha en el país que ideó Internet. (http://articles.cnn.com/2010-03-31/tech/broadband.south.korea_1_broadband-plan-south-korea-broadband-internet?_s=PM:TECH).
En un trabajo sobre las TIC y la educación a distancia publicado por investigadores indios en “The Turkish Online Journal of Distance Education (TOJDE), se decía que para que un país triunfe en el ámbito de las TIC, un elemento esencial es la infraestructura como, por ejemplo, los enlaces de telecomunicaciones. El gobierno juega un papel importante en la creación de esta infraestructura , especialmente en los países en vías de desarrollo” .
Con la infraestructura TIC instalada y puesta en marcha, parece que se precisa poco esfuerzo para que las TIC tengan impacto en la educación de Corea e impulsar el desarrollo de las mismas basada en aprendizaje. Sin embargo, la confluencia de las TIC y la educación en Corea no se produjo por casualidad, sino que formaba parte de un esfuerzo  consciente del gobierno coreano para impulsar las TIC en el sistema educativo. Tres instituciones de Corea impulsaron sobre todo el uso de las TIC en la educación:  El Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología (MEST), los Servicios de Educación e Información de Corea (KERIS) y 16 oficinas regionales de las Oficinas Metropolitanas Provinciales de Educación (MPOE). MEST ha sido responsable de la coordinación de la planificación y puesta en práctica de las TIC en la educación, mientras que KERIS ha venido apoyando la planificación de políticas de TIC a nivel nacional. Por su parte, los MPOE regionales han sido reconfigurados de forma autónoma de la aplicación de políticas de TIC en la educación, mientras que KERIS han sido responsables de forma autónoma de la aplicación de la política nacional a niveles más locales. Estos tres protagonistas han constituido los principales engranajes en el impulso de la enseñanza de las TIC en Corea del Sur.
 En un plano más general, el gobierno coreano ha ido aplicando planes rectores para el desarrollo de las TIC en el sistema educativo desde 1996 y hasta el momento ha aplicado tres planes rectores:
1 El primer plan rector, de 1996 a 2000, se proponía introducir la infraestructura de las redes TIC más avanzadas en las escuelas primarias y secundarias en todo el país.
2 El segundo plan rector, de 2001 a 2005, tenía como objetivo mejorar la calidad de la educación mediante el fomento de un mayor acceso a los materiales educativos y la formación de docentes e instructores sobre cómo integrar las TIC en el entorno del aula.
3 El tercer plan rector se impulsó más recientemente, de 2006 a 2010 y se ha centrado en la creación de entornos de aprendizaje sostenibles con  e-learning (nuevas tendencias formativas basadas en las nuevas tecnologías) y formación futura mediante servicios educativos más flexibles y seguros, como el desarrollo de libros de texto digitales. (E-learning in the Republic of Corea). (http://iite.unesco.org/publications/3214677/). Estos ambiciosos programas iniciados por el gobierno coreano han sido los impulsores de la educación basada en las TIC y podría decirse que la integración de las TIC y la educación en Corea habría sido menos profunda sin tales esfuerzos.
2 Reconocimiento mundial y mejora cualitativa
Debido en gran parte a la política agresiva del Gobierno, la Republica de Corea es reconocida en todo el mundo como el líder indiscutible en las políticas de las TIC en la educación. Según V. Venugopal Reddy y Manjulika Srivastava, profesor asociado de la Indira Gandhi National Open University, Corea es el claro favorito regional en Asia en lo que respecta a la Tic en educación. Dicen que en el sector de la educación basado en las TIC, Corea de Sur ha tomado definitivamente la delantera, a todos los niveles. Un artículo publicado por la Unesco lleva esta afirmación a un mayor nivel al afirmar: “Representantes de más de 50 países llegan  cada año a la República  de Corea para visitar puntos de referencia en este ámbito. El número de solicitudes de consultoría  para promover las TIC en la educación a través de becas y subvenciones de la Oficial Development Assistance (ODA) y los créditos de la Economic Development Cooperation Fund (EDCF) ha aumentado considerablemente”. El documento también señala que las políticas TIC en la educación dentro de la republica han sido reconocidas como una buena práctica, los logros de Corea en e-learning (formación en línea) y las TIC en la política de educación se consideran el resultado de un sólido marco legal, un mecanismo de aplicación sistemática, un presupuesto sólido de apoyo, una aplicación de recursos necesarios, una cooperación fructífera entre los sectores público y privado y un sistema eficaz de seguimiento y evaluación”. Es evidente que Corea ha desarrollado una reputación mundial en lo que respecta a la enseñanza de las TIC.
Aunque la infraestructura de las TIC es omnipresente en todos los ámbitos de la vida en Corea, también se da el caso de que este tipo de redes de información, aunque se emplea ampliamente para fines comerciales y privados, puede no haber estado de hecho a disposición de los estudiantes para sus necesidades educativas. En consecuencia, la decisión en firme de construir la infraestructura de las TIC exclusivamente con fines educativos constituyó una gran paso por primera vez en la confluencia  de las Tic con la educación.  Como se destaca en el primer plan rector, la infraestructura material se puso a punto específicamente para su empleo por parte de los estudiantes de primaria y secundaria y profesores de decenas de miles de centros de enseñanza en todo el país. Estas políticas sentaron claramente las bases para la integración de las TIC. El país no podría haber seguido adelante en esta área si los estudiantes no tuvieran acceso a las tecnologías básicas, tales como ordenadores, equipos multimedia, acceso a internet etc.
Gracias a la mayor disponibilidad de ordenadores, acceso a internet y equipos multimedia para los estudiantes, se ha abierto un mayor abanico de oportunidades educativas para ir más llá de la enseñanza tradicional a través de libros y conferencias en aula. El empleo de las TIC permite a los estudiantes coreanos recorrer un proceso educativo menos reglamentado y programático, aparte de más interactivo y estimulante. La variedad de la información y los materiales de aprendizaje. La variedad de la información y los materiales accesibles a través de internet y recursos multimedia permiten un cambio de ritmo monótono de aprendizaje con libros, lo que aumenta la motivación y la atención del estudiante además de mantener a los alumnos atentos a las cuestiones de actualidad e información. La oportunidad de aumentar la riqueza y la diversidad del aprendizaje a través de las TIC ofrece a los estudiantes coreanos un respiro frente a la memorización y permite mayores oportunidades de pensar de forma creativa, ofreciendo soluciones a las dilatadas críticas en el sentido de que la educación de Corea no promueve el pensamiento independiente e innovador.
Aparte de que las TIC permiten experiencias educativas más interesantes y novedosas, también son útiles para mejorar y aun revolucionar incluso las formas tradicionales de educación. Por ejemplo, siguiendo tal vez el ejemplo de sondeo  de la OCDE según el cual los adolescentes de Corea obtuvieron los primeros lugares en unas pruebas relativas a la alfabetización digital, el gobierno dio a conocer en 2011 un ambicioso plan para introducir todos los libros de texto en forma digital, se trata de una propuesta sin precedentes en cualquier otro lugar en el mundo, más factible en un país de creciente experiencia y pericia digital como Corea del Sur. Según “The Cristian Science Monitor”, es una medida que permitiría a los estudiantes descargar libros de texto digitales en variedad de plataformas, entre ellas ordenadores, teléfonos inteligentes y tabletas… la conversión digital forma parte de un proyecto de crear “escuelas inteligentes” tales como vídeo, animación, realidad virtual e hipervínculos. En su plan de estudios digital. En consecuencia, el gobierno tiene como objetivo no sólo convertir los libros de texto tradicionales en formatos digitales más accesibles, sino también modernizar los libros de texto para incluir características más estimulantes e interactivas susceptibles de modificar nuestra forma de pensar sobre el aprendizaje basado en libros.
Por otra parte el énfasis en la aplicación de las TIC en el sistema educativo  de Corea excede el propósito de mejorar la experiencia en el aula para los estudiantes.
La revolución de las TIC se emplea también para mejorar y potenciar la formación del profesorado. A modo de ejemplo, Corea creó una institución llamada Cyber Teaching Training Center (CTTC), fundada por el gobierno en 1966 a fin de ofrecer más oportunidades de desarrollo profesional a los docentes. El CTTC imparte cursos autoadministrados por Internet a los profesores de la escuela primaria y secundaria, con títulos como “los ordenadores en la sociedad de la información” “, “la reforma educativa”, y “sociedad futura y educación”, que acompañan tutorías en línea complementadas con reuniones personales, según sea necesario. El CTTC es un claro ejemplo de los esfuerzos del gobierno coreano para mejorar la educación basada en las TIC en varios aspectos, no sólo la experiencia de aprendizaje para los estudiantes. La influencia de las TIC en todas las facetas de la educación prevé que ninguna de ellas reciba en exclusiva todos los beneficios de la innovación tecnológica. Los estudiantes, los profesores y los responsables del sector son todos beneficiarios del desarrollo e integración  de las TIC en el sistema educativo.
3 La ampliación del acceso a la educación
Si bien parece evidente que las TIC tienen una influencia positiva en la educación, no es tan obvio que la educación ejerza una influencia positiva en el desarrollo de las TIC y su integración en los programas educativos. Uno de los pilares del sistema educativo de Corea es el gran énfasis cultural en la educación, algo que no es más fácil de imitar en otros países. La demanda de educación en Corea es notable, impulsada en parte por un sistema de exámenes extremadamente competitivos. A fin de mantener a sus hijos a un ritmo acompasado con otros estudiantes, las familias invierten sumas importantes en tutorías y programas después de las clases, Según un artículo publicado en 2009 en “The Washington Post” aproximadamente “el 80 % de todos los estudiantes de la enseñanza primaria a la secundaria asiste a clases abarrotadas tras el horario escolar. Alrededor del 6 % del PIB del país se gasta en educación mas del doble del porcentaje de gasto en Estados Unidos, Japón o Gran Bretaña”. (http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2009/07/29/AR2009072903191.html)
El mismo artículo incluye una entrevista  con Oh Moon-suk, director ejecutivo del LG Economic Research Institute, quien señala que “la educación es un gasto fijo para los padres coreanos, incluso cuando disminuyen los ingresos de los hogares”. Los padres suelen gastar más de la cuenta. El fenómeno parece dar lugar incluso a una desaceleración del índice de natalidad”.
Esta intensa demanda de educación ha aumentado las presiones para que la demanda de para que la educación sea más accesible. Como complemento a los esfuerzos del gobierno para aumentar el empleo de las TIC en la educación, las demandas educativas intentan asimismo que la educación tenga un mayor contenido virtual, materiales digitales de aprendizaje, cursos en línea y virtuales etc. Las TIC, de acuerdo con el instituto de la Unesco para la aplicación de las tecnologías de la información a la educación (IITE), “puede ampliar el acceso y mejorar la calidad de la educación”. Dado el gasto relativamente grande en clases particulares y programas educativos extracurriculares en Corea, las TIC son un medio para hacer más accesible la educación en un sistema hipercompetitivo y reducir los costes de la misma educación.
Habida cuenta la encarnizada competencia por la educación secundaria y universitaria se han creado en Corea cierto número de universidades dedicadas exclusivamente a los cursos virtuiales y en línea, entre ellas Korea Cyber University, la Korea digital University y la Open Cyber University. Como no todos los estudiantes pueden ser admitidos en las mejores universidades, estas universidades virtuales ofrecen alternativas a sus homólogos en el campus. Sin embargo, incluso instituciones de educación superior ya consolidadas en Coreaofrecen de modo creciente  cursos virtuales y enseñanza en general a través de Internet. Por ejemplo, una publicación del programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD) se refirió a la Ewha Womans University, fundada en 1886, como ejemplo de institución que recientemente ha comenzado a ofrecer “cursos basados en internet en los sectores de lengua, e-learning, prevención de la drogadicción, formación del profesorado y estudios coreanos y sobre la mujer para estudiantes locales y extranjeros, así como para adultos en vida laboral”.
4 Conclusión
La relación entre las TIC y la educación en Corea reviste indudablemente gran interés; mientras que la política del gobierno y la inversión impulsan el desarrollo de las TIC en la educación de arriba abajo, la gran demanda de la educación en Corea del Sur, pero también hay una creciente demanda de “digitalización” de la educación por parte de la sociedad coreana. Juntos forman una poderosa combinación que consolidará la posición de Corea del Sur como líder mundial en estas áreas durante los próximos años.

Preparado por CDN Gregorio Gil

06 enero 2012

Nikola Tesla: El secreto (partes 1 a 9)

Película completa en nueve partes del gran ingeniero serbio-croata Nikola Tesla insuficientemente conocido por la sociedad actual, versión original con subtítulos en español.

















01 enero 2012

Crisis económica y derrota socialista en España

José Borrell Fontelles
CRISIS ECONOMICA Y DERROTA SOCIALISTA EN ESPAÑA
España sufre una grave crisis económica y el PSOE ha sufrido una grave derrota electoral. Para comprender cómo y por qué conviene analizar lo ocurrido en los últimos 10 años. Desde la introducción del euro y hasta el inicio de la crisis, España ha sido una de las economías más dinámicas de Europa. Con una tasa de crecimiento media en el periodo 2000-2007 del 3,6 %, su tasa de paro había descendido en julio del 2007 hasta el 8,2 %, la más baja de los últimos 40 años. Antes de la crisis, España era el alumno modelo de la clase de Maastrich, con un superávit público del 2,2 % y un endeudamiento por debajo del 40 % del PIB. Pero desde el 2007 se han perdido 2,4 millones de puestos de trabajo, la tasa de paro ronda el 22 %, el 44 % entre los jóvenes, la economía está estancada y, según Eurostat, España aparece como el cuarto país más desigual de la UE, solo por delante de Lituania, Estonia y Rumania. Las ultimas elecciones generales del pasado 20 de noviembre, más que una victoria del PP, que solo gana medio millón de votos, fueron una clara derrota del PSOE, que pierde 4,4 millones de votos por su derecha y por su izquierda. Ha sido el peor resultado (28,7 % de los votos) de los socialistas desde la recuperación de la democracia en 1978.
Entre las brillantes perspectivas del 2007 y la realidad de hoy, ha pasado el tsunami de la crisis. Las reformas progresistas de José Luis Rodríguez Zapatero impulsando los derechos sociales y las libertades individuales y su política exterior, retirando las tropas españolas de Irak y aumentando la ayuda al desarrollo, ya no han sido tomadas en consideración. Los ciudadanos están preocupados por la inseguridad económica, y desorientados por los bruscos cambios de política económica de un Gobierno que negó la crisis durante demasiado tiempo y no supo explicar las medidas que tuvo que tomar para hacerle frente.

La intensidad y la duración de la crisis, y sus dramáticos efectos sociales, tienen mucho que ver, sin duda, con los malos resultados electorales del partido socialista. Pero han sido también los errores en la gestión política de la crisis, sobre un fondo de descrédito de la política y de pérdida de contacto con las clases populares, sobre todo con la juventud especialmente castigada por la creciente precariedad laboral, los que han producido esa situación.

El primer error de los Gobiernos socialistas fue no haber intentado corregir antes las debilidades estructurales de la economía española y su insostenible modelo de crecimiento, basado en una hipertrofia del sector de la construcción y un excesivo endeudamiento privado. Lo reconocía el propio José Luis Rodríguez Zapatero y el derrotado candidato socialista Alfredo Pérez Rubalcaba diciendo que su mayor error había sido no “pinchar” antes la burbuja inmobiliaria. Esperaban, como decía en un exceso de optimismo el Vicepresidente Pedro Solbes antes de su cese-dimisión, “un aterrizaje suave, desacelerando poco a poco la excesiva inversión en vivienda”. El aterrizaje suave ha sido en realidad un verdadero “crash”, acelerado por la crisis financiera internacional.

Los Gobiernos socialistas no hicieron gran cosa para controlar el crecimiento desbocado de la construcción. Más bien echaron leña al fuego de una dinámica especulativa, ideológicamente basada en la liberalización del suelo y financieramente sustentada por los bajos tipos de interés y las entradas de capital extranjero que el euro trajo consigo

Es cierto que fue el PP el que lanzó el proceso de desregulación urbanística que hizo posible la burbuja inmobiliaria. Pero a ello contribuyeron destacados miembros del partido socialista a los que José Luis Rodríguez Zapatero dio las mayores responsabilidades. El Gobierno socialista tardo tres largos años antes de modificar la Ley del Suelo, y para cuando lo hizo, el mal ya estaba hecho. A pesar de las voces que lo pedían, desde dentro y fuera del Gobierno, no solo no redujo los incentivos fiscales a la construcción sino que produjo una legislación fiscal especialmente favorable a las plusvalías inmobiliarias en plena burbuja especulativa.

Ese fue uno de los mayores errores de política fiscal de los socialistas españoles, contradiciendo su programa electoral de 2004, en el que se proponía volver a colocar las plusvalías a corto plazo dentro de la escala progresista del impuesto sobre la renta. En vez de eso, se completó la regresividad de la política fiscal del PP, haciendo que todos los rendimientos del capital financiero y las plusvalías inmobiliarias tributasen a un tipo proporcional muy bajo, del 18 %.

Así se llevaba a la práctica una política fiscal muy al estilo de la Tercera Vía blairista, que creía más en la reducción de los impuestos y en la disminución de su progresividad que en sus efectos redistributivos. Pasará a la historia la famosa frase de José Luis Rodríguez Zapatero: “bajar los impuestos es de izquierdas”, que no deja de ser sorprendente en un país que sigue siendo uno de los que tienen la presión fiscal más baja de Europa, como también es uno de los más bajos el gasto social por habitante.

Es cierto que el gasto social aumentó durante la primera legislatura 2004-2008 de José Luis Rodríguez Zapatero. Pero no fue financiado con aumentos estructurales de la recaudación ni de la progresividad fiscal, sino con el aumento de los ingresos provocados por el boom inmobiliario. La progresividad tributaria y la sostenibilidad fiscal disminuyeron, pero quedaron ocultas por un aumento de la recaudación que se detuvo bruscamente con la crisis.

Se crearon así las bases de un déficit estructural que explotó cuando la crisis detuvo en seco la actividad. La supresión del Impuesto sobre el Patrimonio, poco tiempo antes de tener que congelar las pensiones y reducir los sueldos de los trabajadores públicos, es el ejemplo más dramático de esas contradicciones fiscales. La pérdida de recaudación generada por la supresión de ese impuesto fue el doble de lo que se ahorraba congelando las pensiones. La supresión se decidió antes de que se fuera plenamente consciente de la gravedad de la crisis, pero la imagen del Gobierno quedó muy dañada por esas decisiones, que no eran la mejor manera de distribuir de forma equitativa los costes de la crisis.

Las reducciones o bonificaciones fiscales de tipo proporcional, como la decisión de distribuir a todos los contribuyentes por el impuesto sobre la renta un cheque de 400 euros, cualquiera que fuese su renta, para intentar aumentar el consumo y mantener la actividad económica, o la de fomentar la natalidad premiando con un cheque-bebé de 3.000 euros a todas las madres, cualquiera que fuese su renta, contribuyeron a disminuir la progresividad, no tuvieron efectos macroeconómicos y, sobre todo, aumentaron la sensación de injusticia fiscal.

En realidad, la crisis inmobiliaria reflejó las debilidades de la economía española y la insostenibilidad de su modelo de crecimiento. Prácticamente todo el diferencial de crecimiento entre España y el resto de la UE se debe al boom inmobiliario, que triplicó los precios de la vivienda y causó un insostenible aumento del endeudamiento de las familias, desde el 47% de su renta disponible en 1997 al 135% en el 2007. El déficit exterior llegó al 10% del PIB, pero eso no parecía preocupar a nadie ya que el euro había hecho desaparecer las restricciones exteriores que siempre habían acabado abortando el crecimiento de la economía española. Con el euro había desaparecido el riesgo de cambio, los capitales afluían y nos permitía endeudarnos a tipos de interés reales negativos.

En cambio, la inversión industrial era débil, la espectacular modernización del país no se traducía en el aumento ni la diversificación de las exportaciones ni de su contenido tecnológico. La productividad del trabajo no creció apenas durante 10 años (0,2% en media, versus 1,3% en Francia) consecuencia en parte de la especialización productiva en sectores, construcción y servicios, en los que no hay grandes aumentos de productividad. Ello, junto con los aumentos salariales mayores que la media de la zona euro, hizo que el país perdiera competitividad, expresada en su déficit comercial, pero enmascarada por el motor de crecimiento interno que era la construcción y la disponibilidad de financiación exterior.

Y así hasta que la crisis paralizó bruscamente ambos factores. El choque externo creado por la quiebra de Lehman Brothers redujo el flujo de capital extranjero, provocó una restricción del crédito que paralizó la economía real. El ajuste se realizo aumentando el paro, ya que un tercio al menos de los empleos eran temporales con costes de despido muy bajos o nulos.

Desde la oposición, los socialistas habían denunciado la insostenibilidad de ese modelo de crecimiento basado en el endeudamiento y la expansión del “ladrillo”. Propusieron cambiarlo, pero cuando se cabalga sobre una expansión que crea empleo y llena los cofres del Estado y de la Seguridad Social no es facil frenar para cambiar de rumbo.

Y además, cambiar de modelo productivo lleva tiempo. Cuando la crisis llegó, ya era demasiado tarde. La Ley de Economía Sostenible que pretendía impulsar ese cambio, muy a la manera española heredada del dirigismo francés, de hacer grandes Leyes que enuncian principios retóricos para cambiar realidades complejas, se convirtió en un recital de buenos deseos y medidas heterogéneas, impotentes para hacer frente al vendaval y las urgencias de la crisis.

José Luis Rodríguez Zapatero negó la crisis durante demasiado tiempo y tardó en darse cuenta de su gravedad. Estaba convencido de que España tenía el sistema financiero más sólido del mundo gracias a las provisiones anticíclicas que había exigido el Banco de España. Pero resultó que parte del sistema, en especial las Cajas de Ahorro, estaba seriamente dañado por la pérdida de valor de los activos inmobiliarios y la insolvencia de un numero creciente de familias altamente endeudadas y afectadas por el paro.

La primera respuesta a la crisis, durante 2008 y 2009, fue del tipo keynesiano, como en todas partes y según lo que la propia UE y el FMI aconsejaban. Pero el déficit creció muy rápidamente hasta el 12% del PIB, no tanto por el aumento discrecional del gasto sino por el juego de los estabilizadores automáticos vinculados al sistema de protección social, y sobre todo, la caída de los ingresos vinculados a la actividad de la construcción. A diferencia de Grecia, donde el déficit creó la crisis, en España la crisis creó el déficit.

Cuando la crisis cambió de naturaleza, desde una crisis de demanda que precisaba estímulos fiscales a una crisis de endeudamiento y de financiación exterior, la reacción fue lenta. José Luis Rodríguez Zapatero siguió proclamando que no reduciría sus políticas sociales hasta que en Mayo del 2010, bajo la presión de Bruselas y de los mercados, tuvo que imponer un severo plan de ajuste, recortando salarios públicos, congelando pensiones y subsidios y subiendo impuestos, sobre todo los indirectos. El incremento impositivo sobre las rentas altas y los rendimientos del capital fue solo simbólico, y no se repuso el impuesto sobre el patrimonio hasta días antes de las elecciones. El conjunto de las medidas fue percibido como un injusto reparto de los costes del ajuste, sobre todo porque al mismo tiempo se conocieron los sueldos, las indemnizaciones y las pensiones multimillonarias de los directivos del sistema financiero, especialmente de las Cajas de Ahorro en quiebra o en graves dificultades financieras.

Hay que decir que el PP intento en todo momento sacar ventaja electoral de la crisis, como ha hecho la derecha europea en Portugal y en Grecia. Votó en contra de las medidas de ajuste presentadas por José Luis Rodríguez Zapatero, que fueron aprobadas por un solo voto. Si hubieran sido rechazadas, como en Portugal, España hubiera debido acogerse a la ayuda europea, creando una situación mucho más grave para el país y para toda Europa.

Desde entonces, José Luis Rodríguez Zapatero hizo de la necesidad virtud y se convirtió en el mejor alumno de las medidas de austeridad y ajuste prescritas por la UE. Pero no fue capaz de explicar este cambio radical, percibido por buena parte de la opinión como una traición a sus principios, en pleno conflicto con los sindicatos por las reformas de las pensiones y del mercado de trabajo, que acabaron siendo inefectivas y que no contentaron a nadie.

Duras medidas de ajuste contradictorias con el discurso político anterior y con un Ministerio de Economía tecnocrático, incapaz de la pedagogía política necesaria, provocaron una fuerte caída de la confianza en el Gobierno. A ello se le sumo la desconfianza en la clase política provocada por casos de corrupción, aunque afectasen sobre todo al PP. El movimiento de los “ndignados”, ocupando pacíficamente las plazas de España, reflejó la frustración de una juventud sin futuro, los nuevos “ninjas” (no income, no job, no assets) de la sociedad española, con el agravante de que muchos de ellos tenían hipotecas que no podían pagar sobre unas casas que valían menos que lo que habían pagado por ellas.


El movimiento de los indignados o del 15-M, amorfo pero auténtico, plantea también importantes cuestiones acerca de la representatividad del sistema político español, basado en listas electorales cerradas y bloqueadas, sobre la calidad de la democracia, el funcionamiento de los partidos políticos y su apertura a la sociedad. Cuestiones que el partido socialista no se había planteado suficientemente y a las que tendrá que dar respuesta en la nueva etapa que ahora se abre.

En este contexto de crisis económica y contestación social, el PSOE perdió votos por los dos lados: sus votantes centristas pensaron que José Luis Rodríguez Zapatero estaba perdido en su laberinto, y que ni él ni Alfredo Pérez Rubalcaba tenían capacidad de responder a la crisis; y los situados más a la izquierda se sintieron decepcionados o traicionados por sus reformas y sus medidas de ajuste.

El tímido giro a la izquierda intentado durante la campana electoral carecía de credibilidad. Era demasiado poco y demasiado tarde por parte de alguien demasiado identificado con las políticas del Gobierno. No era posible a la vez criticar medidas parecidas, que fuesen a ser aplicadas por la derecha, y justificarlas cuando habían tenido que ser aplicadas por la izquierda.

Ahora el socialismo español se enfrenta, como en los demás países europeos, a la definición de políticas que hagan compatible equidad social y sostenibilidad ambiental con las exigencias de competitividad en un mundo globalizado, en una sociedad mucho más individualizada y frente a un sistema financiero más poderoso que los propios gobiernos. Lo único que es seguro es que la respuesta no puede ser nacional y que hay que encontrarla en la escala europea. Un terreno donde por desgracia tampoco el papel del PSOE ha sido muy relevante en los últimos años.
José Borrell Fontelles